Coronavirus y la condena social 

Elradardelsur.tv-09/06/2020 (foto de archivo web)

EL RADAR DEL SUR se comunicó con Lorena, una vecina del barrio Santa Rosa que junto a su familia están padeciendo una situación muy angustiante. 

Su marido, quien contrajo coronavirus al tener contacto estrecho con un caso positivo en la empresa donde trabaja en CABA, contagió a Lorena y a su hijo. 

Si bien la familia tomó los recaudos correspondientes, trasladando a su esposo a La Patriada para que quede aislado y  activando el protocolo preventivo para proteger a todas las personas que los rodean, la condena social por parte de la mayoría de los vecinos deja al descubierto la ignorancia y la falta de empatía.

Reciben ayuda de muy pocos vecinos, el resto solo critica, estigmatiza y lastima.     

En ese sentido, Lorena nos contó: “El día lunes, el compañero de trabajo de mi marido comenzó a tener fiebre y síntomas compatibles con el coronavirus. Lo trasladaron a la guardia, le hicieron el hisopado el cual dio positivo.     

A raíz de esta situación, la empresa cerró sus puertas y llevó a todos los empleados, entre ellos mi marido, a realizarse el hisopado de forma particular. Sin embargo, no los dejaron aislados sino que los enviaron de vuelta a sus casas, ya que solo habían abonado el test.  

Mi marido llegó a casa, estuvo en contacto con nosotros sin tener ningún tipo de síntomas. Al otro día, nos informaron que su hisopado dio positivo de covid-19.  

Llamé al 148 para informar lo que nos estaba pasando y activar el protocolo a fin de proteger a las personas que nos rodean. 

Personal de la Secretaría de Salud del Municipio se hizo presente, trasladó a mi esposo a La Patriada para que quede aislado y nos realizaron los correspondientes tests, cuyos resultados dieron positivo en mi hijo y en mi. No lo podíamos entender porque no presentamos síntomas. 

Avisar a los vecinos sobre la situación que estábamos atravesando, me jugó en contra ya que la gran mayoría del barrio nos empezó a criticar, señalar y escrachar, siendo que nosotros tomamos todos los recaudos pertinentes para no propagar el virus. 

Solo tres vecinos nos ayudan, quienes se ofrecen a hacernos las compras y están a disposición de lo que necesitamos. Ellos también fueron amenazados por solidarizarse con nosotros, a una de ellas le dijeron que la iban a denunciar porque la vieron comprando y dejando la mercadería en la puerta de casa.   

Es contradictorio, al final quieren denunciar a alguien que está haciendo un bien y no a los que están en las esquinas, hacen fiestas o juntadas, violando el aislamiento.

No los entiendo, la gente es mala en ciertas circunstancias

Las personas deberían mirarse su ombligo, porque esta enfermedad la puede tener  cualquiera”. 

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