Elradardelsur.tv – 30/05/2018
Agradecemos al Dr. Agustín Cristiano, quien nos brindó este artículo, redactado por su colega el Dr. Lucas Mc.Cormack. Ambos profesionales son cirujanos especialistas en trasplante hepático.
En el 2017, 799 pacientes murieron esperando un trasplante
Hace solo unos meses, todo el país se conmovió con la muerte de los 44 tripulantes del “Ara San Juan”. En el 204, un incendio dejó un saldo de 194 muertos en Cromañon. En 2012, el accidente ferroviario de Once causó 51 muertos. Fueron todas tragedias evitables. Tragedias que provocaron heridas difíciles de cerrar en nuestra historia y que cambiaron en alguna medida el rumbo cultural o político de nuestro país. Sin embargo, hay otra tragedia que no tiene el mismo eco social, que no produce ninguna ola expansiva, que no mueve masas clamando un cambio, pero que es igual de desesperante, me refiero a la tragedia de los miles de argentinos que mueren todos los días esperando un trasplante, Solamente tomando los números del 2017, murieron esperando un órgano la misma cantidad de 4 2Cromañones”, 18 “Ara San Juan” y casi 16 “tragedias de once”. Fueron 799 personas, 799 argentinos que murieron esperando un órgano para trasplantarse. Y este numero apabullante que se repite año tras año es solo una parte de la estadística. Las listas de espera crecen y crecen en nuestro país, llegando a cifras actuales de 7826 pacientes inscriptos en el INCUCAI esperando órganos. Hoy esperan un riñón 6012 personas, un hígado 1256 personas, uno o dos pulmones 219 y un corazón 121 personas. Hoy son casi tres mil personas las que esperan tejidos. En lo que respecta solamente al trasplante de hígado, cada dos días se muere una persona esperando que llegue su donante.
¿A que se debe esta tragedia? ¿Cómo podríamos salvar a estas personas? No hay dudas de que estamos frente a una verdadera emergencia sanitaria. La misma responde a una serie de dudas de que estamos frente a una verdadera emergencia sanitaria. La misma responde a una serie de causas. La primera es la falta de donantes. En nuestro país, la ley de Trasplantes de órganos y tejidos (Ley 26.066) es la herramienta legal que otorga a todos el derecho a decidir sobre el destino de sus órganos y tejido después de su muerte, tanto para expresar su voluntad afirmativa como de oposición respecto a la donación. De no existir manifestación expresa, la ley presume que toda persona es donante. A pesar de dicho registro, en el momento de la muerte será la familia la que tomará la decisión final sobre la donación. Este es el motivo por el cual, si deseamos donar nuestros órganos, es vital manifestar esta voluntad no solo al INCUCAI, sino decírselo explícitamente a los familiares y amigos. Debe saberse que esta expresión de voluntad podrá ser revocada por nosotros mismos o por nuestros familiares en cualquier momento antes de la donación efectiva.
La segunda causa tiene su origen en los mitos asociados al trasplante de órganos. Ellos tienen un impacto potente y muy dañino en la cultura colectiva. Los mitos tocan temas vinculados al trafico de órganos, la veracidad del diagnostico de muerte y el descuido o abandono de pacientes en las unidades de terapia intensiva para “quitarle y aprovechar sus órganos”. Películas de ficción como la recientemente estrenada “Animal” lamentablemente alimentan estos mitos dándole entidad urbana. La realidad es que el procedimiento de trasplante de cualquier órgano requiere de una alta complejidad institucional, cada donación esta cuidadosamente regulada a nivel nacional, y cada trasplante reúne a un grupo numero de profesionales expertos. Implica una red coordinada de profesionales que dejan cada paso minuciosamente documentado. No hay ningún lugar para procedimientos clandestinos y de origen dudoso.
En la historia jurídica de nuestro país no se registra ningún caso de robo o trafico de órganos, ni denuncia de trasplante realizado por fuera del sistema de salud. Esto debe estar claro para no dejar ningún margen de duda a la comunidad en cuanto al marco de trasparencia ético y legal en donde se realizan estos procedimientos. El mito asociado a la veracidad de la muerte es otro obstáculo importante que es fundamental aclarar. Gracias a dios, son miles las familias de donantes anónimos que han “dado vida” aun en el momento de mayor dolor.
A pesar de ello, una vez iniciado el procedo de donación, casi la mitad de los familiares entrevistados, expresan su negativa a donar. Si bien las causas pueden ser religiosas o culturales, lo más frecuente es enfrentarse con dudas vinculadas al diagnóstico de muerte. No se pone en duda que un paciente en coma o estado vegetativo esta vivo. Tampoco se debería cuestionar, que la muerte cerebral, la muerte legal el cese irreversible de funciones cerebrales y la muerte mismas son todos sinónimos. Es crucial educar a la comunidad acerca de este punto. Un paciente no esta vivo porque el corazón funciona; solo esta vivo si el cerebro funciona: la muerte es una sola y siempre se produce a nivel cerebral. Hasta que los profesionales de la salud no trasmitamos correctamente este concepto, el miedo a “donar órganos con el corazón latiendo” seguirá estando presente.
El 30 de mayo se conmemora El Día Nacional por la Donación y el Trasplante de Órganos, fecha establecida por el INCUCAI para promover la donación y el acceso a los trasplantes en un marco trasparente, seguro y altruista. El trasplante es un tratamiento que consiste en la extracción de un órgano (o parte de un órgano) o tejido de un donante para ser implantado en otra persona con un tejido u órgano enfermo en fase terminal.
Si bien el trasplante salva muchas vidas, es un tratamiento medico irremplazable que depende únicamente de la voluntad generosa y solidaria de cada una de las personas que se manifiestan a favor de la donación.
Los números hablan por si solos. No pudimos evitar a tiempo un Cromañon, ni una tragedia de Once, ni un Aras San Juan. Y como sociedad llegará el momento en donde tengamos que hacer nuestro mea culpa. En lo que refiere al trasplante, estas muertes están sucediendo hoy, mañana, la semana que viene. Son todas muertes evitables con la donación. Para generar un cambio, tenemos que trabajar todos juntos, aunar esfuerzo para educar, desmitificar, tranquilizar y difundir.
Sobre todas las cosas debemos trabajar para poder darle esperanza a todos los que hoy están entre nosotros, descontando los días para que alguien los llame por teléfono y les de la oportunidad de seguir vivos.