Dos nenas condenadas por la obra social

Elradardelsur.tv-18/12/2019

Brisa y Sol dos hermosas pequeñas de 8 y 6 años sufren de Fenilcetonuria, una enfermedad congénita, detectada mediante la pesquisa neonatal, que se basa en un tratamiento con una dieta estricta con cantidades limitadas de proteínas.

Para mantener una vida sana, necesitan realizar un tratamiento sin interrupción ya que las consecuencias son muy graves. 

Pero la obra social que las representa OSPIP, de la industria del Plástico,  les niega la medicación desde marzo y las nenas no pueden esperar.

EL RADAR DEL SUR entrevistó a Fernanda y Damián, los padres de Brisa y Sol, quienes vienen luchando contra la burocracia e insensibilidad de una obra social que los condena.    

“Mis hijas necesitan tomar de por vida una fórmula medicamentosa que se llama Phe Energy K y Anamix Junior. Este tratamiento no se debe interrumpir sino las consecuencias son muy graves. 

Corren el riesgo de padecer autismo, retraso mental, problemas psicomotores, convulsiones, agresiones, entre otras cosas. 
Por eso no se pueden quedar sin el medicamento”, expresó Fernanda. 

Damián trabajó durante 6 años bajo relación de dependencia en la Industria del Plástico, pero hace poco fue despedido. Se hizo monotributista y volvió a elegir la misma obra social ya que estaban al tanto de los antecedentes de Sol y Brisa. 

Sin embargo, OSPIP los tomó como si fueran afiliados nuevos, negándoles la cobertura como si no conocieran el caso de las pequeñas. 

“Nos toman el pelo. Durante todo este tiempo fuimos buscando soluciones para no interrumpir el tratamiento, mucha gente nos fue ayudando con los medicamentos pero llegó un momento en que  no pudimos recibir más colaboración como antes. Nos estamos quedando sin el remedio y mis nenas no pueden esperar”, dijo Damián.    

“Al no recibir respuesta de OSPIP, decidimos hacer el reclamo a Desarrollo Social, donde nos confirmaron al igual que en la superintendencia que la obra social se tenía que hacer cargo proveyendo los medicamentos que las nenas necesitan para no terminar convulsionando, entrando en autismo y teniendo daños cerebrales irreversibles. 

Hoy tenemos remedios que nos donaron otras mamás, también nos ayudaron doctores del Hospital Gutiérrez. Pero solo nos durarán tres semanas más. El tratamiento es de por vida y yo quiero que mis hijas estén sanas”, sostuvo Fernanda. 

El pedido desesperado de dos padres con pocos recursos que luchan por la salud de sus hijas. 

Una obra social que es indiferente ante la realidad. Hay dos nenas que corren el riesgo de tener graves problemas de salud. No pueden perder más tiempo. 

¿Qué están esperando? 

Si la OSPIP no se hace cargo, el Estado debe proveer la solución e intimar a la obra social, pero los medicamentos deben estar ya. 
 

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