Elradardelsur.tv – 30/12/2020
Luego de doce horas de debate, la Cámara Alta aprobó la normativa con 38 votos a favor, 29 en contra y 1 abstención. El apoyo de los cinco legisladores que no se habían expresado públicamente terminó inclinando la balanza.
Una sesión histórica, en la madrugada de hoy, el Senado nacional convirtió en ley el proyecto que legaliza el aborto hasta la semana 14 de gestación. La sanción tuvo más votos a favor de los esperados durante los últimos días: 38 senadores, entre peronistas, radicales y del PRO. Del otro lado, tuvo 29 en contra, además de una abstención.
Fue el Frente de Todos el que más votos positivos aportó, aunque uno de sus máximos adversarios fue el jefe del bloque, José Mayans. Hubo dos ausencias que también restaron votos ‘celestes’: el ex gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, y la senadora riojana Blanca Vega. La abstención de Guillermo Snopek, peronista de Jujuy, también se descontó a ese sector.
La sesión se desarrolló sin sobresaltos, a pesar del enojo de Silvia Elías de Pérez, que viajó desde Tucumán, se vistió completamente de celeste y convocó a judicializar la ley. Hubo respeto en los discursos, a pesar de las cámaras apagadas de muchos de los senadores que claramente no escucharon los discursos de sus compañeros.
En su mayoría fueron discursos emotivos, como el de la peronista Silvina García Larraburu, que en 2018 votó en contra y esta vez a favor. O el de la bonaerense Gladys González (PRO), que se describió como profundamente católica y recordó que perdió un embarazo dos días después de haber votado a favor del aborto. “Por un instante pensé que Dios me había castigado”, dijo conmovida para luego aclarar que “el Dios en el que creo no es un Dios que castiga es un Dios que ama y es compasivo”. Así, reclamó al Estado y a la Iglesia hacer algo para cambiar la situación.
En los cierres, el formoseño Luis Naidenoff, presente en el recinto, alzó fuerte la voz para reclamar la sanción del proyecto remitido por Diputados. Ya había votado a favor en 2018 y nuevamente fue el único senador de su provincia en apoyar la ley. “El negocio de la clandestinidad tiene la marca del dinero y el sello de la desigualdad” afirmó y pidió “terminar con esta injusticia”. “La ley protege la desigualdad”, remarcó y apuntó a los otros dos senadores formoseños que se opusieron. Habitualmente enfrentado con el oficialismo, celebró una votación compartida por distintos partidos políticos. “Ojalá con este debate transversal que se ha dado se pueda tener la capacidad de encontrar puntos de coincidencias en otros temas de la Argentina”, subrayó, aunque a diferencia del planteo de algunos dirigentes de Juntos por el Cambio consideró que “la prioridad es un trato igualitario para las mujeres”.
Paradójicamente el cierre de la discusión, antes de la votación, quedó para Mayans que lanzó un reproche a Alberto Fernández: “El Presidente está obligado a respetar la Constitución”, aseveró y además calificó como “una mala ley con muy mala redacción”. Incluso criticó la posible reglamentación prometida a cambio de un par de votos. “No se puede alterar la ley”, alertó mientras la Vicepresidenta miraba con gesto de fastidio. Usó argumentos que todo el año usó la oposición y también avisó que se judicializará. “No se respeta el orden institucional, si lo quieren hacer háganlo bien”, insistió. En su caso se pasó del tiempo estipulado para los cierres que era de 25 minutos. “El Código Civil dice una cosa y el Código Penal dice otra cosa, no se puede acompañar este desastre legislativo que presentaron”, fundamentó el formoseño.
La definición se fue anticipando discurso tras discurso. El resultado finalmente fue mucho más amplio de lo esperado o al menos de lo que se había hecho público.
Sin embargo el trabajo voto a voto de oficialistas y opositores y hasta de la Casa Rosada, logró un resultado más amplio. “Esta ampliación de derechos es imparable”, afirmó Martín Lousteau al fundamentar su voto afirmativo y pedir a los que dudaban del voto que meditaran. “Se lo digo especialmente a los miembros de mi partido”, agregó. Y le respondió a su correligionaria Silvia Elías de Pérez que pidió ir a la Justicia contra la ley: “Hemos escuchado algunas amenazas acerca de la inconstitucionalidad por el tema de los tratados internacionales, (…) lo expuso Gil Lavedra y quiero leer algo que para mí y para mi partido es muy importante. Alfonsín se opuso muy férreamente a que en la Constitución del 94 quedara plasmada alguna posición, por eso quiero leer un fragmento de sus propias palabras en la Convención Constituyente: La cláusula que estamos considerando ha sido el resultado de extensas conversaciones e intercambio de ideas este proyecto, que no le dice a la Legislatura que penalice el aborto o que libere cualquier posibilidad de aborto, sino que se trata de una iniciativa que podría estar perfectamente vinculada a la legislación de un país que acepta el aborto, como es Suecia, y también podría estarlo a la de un país como Irlanda, que lo prohíbe” .