Elradardelsur.ar 20/07/2023
Las estimaciones de la temperatura media de la Tierra, tras establecer un nuevo récord el 3 de julio, aún no han descendido por debajo del récord anterior, que se estableció justo el año pasado. Que en julio se produzca una serie de días muy calurosos no es sorprendente. Dos tercios de la superficie terrestre se encuentran en el hemisferio norte, y la tierra se calienta más rápido que el agua, por lo que los veranos del norte son los más calurosos para el conjunto del planeta. Pero las temperaturas más altas suelen llegar más tarde en la estación. Que este año haya empezado tan pronto, haya subido tanto y se haya prolongado tanto no tiene precedentes.
Lo mismo ocurre en los océanos. Desde el 13 de marzo, la temperatura de la superficie del mar en latitudes bajas y medias ha sido más alta que en el mismo día de cualquier otro año desde 1981. Normalmente más altas en el verano austral (la mayor parte del agua de la Tierra está en el sur), las temperaturas están en niveles récord en el invierno austral.
El 16 de julio, un lugar de la depresión de Turpan, en Xinjiang, a veces llamado el Valle de la Muerte chino, registró una máxima de 52,2°C. En América, en el Valle de la Muerte (California, EEUU) propiamente dicho, ese mismo día se registró un pico de 53,9°C.
Más preocupante que los picos aislados en los desiertos, las temperaturas han sido peligrosamente altas también en lugares donde viven cientos de millones de personas. El 6 de julio, después de que la ciudad registrara la temperatura más alta de su historia en julio, las autoridades de Beijing anunciaron su segunda alerta roja por calor en dos semanas. El 19 de julio fue el decimonoveno día consecutivo en que la temperatura de Phoenix, Arizona, superó los 43°C. En Italia y muchos países vecinos también hace un calor sofocante.
Los niveles de metano aumentaron a lo largo del siglo XX, principalmente por el uso creciente de combustibles fósiles y la agricultura. Se estabilizaron a principios del siglo XXI, pero ahora crecen más rápido que nunca.
Aunque no cabe duda que parte de este aumento se debe a la agricultura y a los combustibles fósiles, los especialistas en el tema no terminan de ponerse de acuerdo acerca de las causas ni de las posibles soluciones al problema.
Influyen además las erupciones volcánicas y el fenómeno de “El Niño”, entre otros factores.
La tierra se calienta y las consecuencias ya están presentes. Todavía estamos a tiempo, este tema debe preocupar y ocupar a quienes gobiernan el planeta y a cada ciudadano también… todos vivimos aquí.
Fuente: INFOBAE