Elradardelsur.ar – 22/09/2022
Tras finalizar una primera etapa de refacciones en los salones, iniciaron la construcción de un amplio espacio destinado a diversos fines donde el intendente -Andrés Watson- reflexionó sobre “acompañar tanto el amor como la comprensión brindada por los docentes con la infraestructura adecuada para las trayectorias pedagógicas”.
Andrés Watson formalizó la apertura del SUM en el establecimiento situado sobre Polonia, entre Berna y La Haya, habitado por la comunidad encargada de la confección de la bandera varelense. La directora -Aldana Ducci- enumeró “las habituales visitas del Intendente: sentimos el apoyo de quien siempre estuvo ocupado e interiorizado por la enseñanza”.
Mediante el Fondo Educativo, intervinieron 150 mt2 con una construcción tradicional, instalaciones tanto de luz como gas, veredas, rampas, colocación de puertas, mampostería de ladrillo hueco, cielorrasos suspendidos, piso de porcelanato, sistemas de calefacción y refrigeración, carpintería de aluminio, muebles, entre otros artefactos como alarmas de seguridad. No solo edificaron la mencionada estructura, sino también la Dirección más la cocina.
“Fue el cuarto de los doce jardines municipales refaccionados a nuevo, con dos en ejecución junto al gobierno nacional y los restantes proyectados”, afirmó Andrés sobre una estrategia “para poner en valor los inmuebles, pero sobre todo absorber la mayor cantidad de matrícula”.
Ducci recordó una instancia inicial de labores “en las aulas, los baños, la reconstrucción total del techo y la pintura” al que sumaron “este sector nuevo significativo para la recreación donde antes solamente había un patio y un árbol”. “Muy orgullosos”, concluyó.
Los pequeños vislumbraron por primera vez el lugar con toboganes, elementos lúdicos. La sorpresa era ineludible con una pluralidad de onomatopeyas simpáticas en una fila algo desordenada de niños desinteresados en avanzar su marcha. Sus tímidos pasos querían dirigirse hacia la diversión. El intendente conoció las impresiones de quienes solo anhelaban destinar su recreo a ese flamante sitio de esparcimiento.
En ese momento, las madres y los padres ingresaron para compartir sus opiniones. Santiago, que acompañó a Máximo, narró: “Yo vine a esta institución, cambió totalmente”. Con 37 años de edad, comparó sus recuerdos y reflexionó sobre lo “primordial” del aprendizaje en toda sociedad. “¡Fantástico! Todo por los chicos”, cerró.
Belén y Lorena charlaban mientras contemplaban las paredes de colores. “Irreconocible. Precioso”, coincidían al identificar más equipamiento para sus hijos.