Elradardelsur.tv-14/11/2019
El jefe de la Policía bonaerense, Fabián Perroni, finalmente dará un paso al costado en medio de fuertes acusaciones de corrupción en la fuerza y sin haber logrado el esclarecimiento de ninguno de los hecho que tuvieron como responsables a sus subordinados, como el caso de Luis Chocobar de Avellaneda o la masacre de San Miguel del Monte, pero además protagonizando un escándalo de polleras que trató de ocultar utilizando recursos públicos.
El acto administrativo que dispone el pase a retiro del jefe de la bonaerense, lleva la firma del ministro de Seguridad Cristian Ritondo, y según se adelantó el uniformado se mantendrá en actividad hasta el 10 de diciembre próximo, momento en el que dará un paso al costado para que el nuevo gobernador Axel Kicillof designe a su reemplazante, en lo que fue interpretado como un mensaje de "buena voluntad" hacia el futuro gobierno.
Con una amplia trayectoria, Perroni llegó a la punta de la pirámide policial de la mano del gobierno de María Eugenia Vidal, luego de la renuncia de Pablo Bressi, acorralado por una catara de denuncias en su contra que el gobierno inicialmente eligió ignorar, pero que luego terminaron eyectando al titular de la fuerza, por lo que Ritondo debió buscar rápidamente un reemplazante.
La gestión de Perroni estuvo signada por los escándalos, que comprometen a la familia del comisario, ya que su hermano Fabio fue denunciado por estafa y tráfico de influencias, causa por la que estuvo detenido en el año 2018, y su hijo Pablo Gastón, tuvo un maratónico ascenso que lo llevó a ser designado jefe de Sección en apenas unos años y con el único mérito de su portación de apellido.
Además, hasta el jefe de Asuntos Internos está procesado por irregularidades, lo que equivale a decir que se cuestiona prácticamente todo lo actuado y promocionado como una "deseable" purga en la Policía bonaerense, por lo que Perroni se va sin demasiados diplomas para exhibir.
La frutilla de la torta la representa lo que podría haber sido calificado hace unos años como un "escándalo de polleras", pero que compromete a fondos públicos y a personal de la fuerza, ya que es vox populi en el Ministerio de Seguridad que el jefe de la Policía embarazó a su amante, una empleada del servicio de emergencia 911, y que para evitar que el caso tome estado público creó una dependencia fantasma y ubicó allí a la futura madre de su hijo.
Pero como fue una salida "de apuro", ni la dependencia, ni la empleada tienen funciones asignadas, por lo que la mujer simplemente cumple horarios sin saber qué hacer y a la espera de que el cambio de gestión le garantice su continuidad en el cargo, ahora a pesar de que ya no contará con la protección del jefe policial, que abandonará el cargo en diciembre.
Fuente: Agencia NOVA