Otra vez la delincuencia golpea duro a la colectividad boliviana, nuevamente un trabajador muere a manos de los malvivientes.
Los hechos se desencadenaron en la madrugada del jueves 7.
Tres delincuentes armados ingresaron en una quinta frutihorticola, ubicada en la calle 1671 entre 1620 y 1628, de la zona rural de La Capilla de Florencio Varela, al sur del gran Buenos Aires.
 Primero redujeron a un hombre mayor que estaba durmiendo en una de las humildes casillas, donde moran los trabajadores y habitantes del lugar.
Luego, fueron a la siguiente, intentando sorprender a los moradores de la misma.
Irineo Mallon (31) y su sobrino Alberto (18), eran quienes estaban en el interior de la misma, y el grito de los perros los había alertado que algo sucedía.
Irineo intento cargar rápido una escopeta, pero los nervios le jugaron una mala pasada, salió igual a enfrentarse con los malvivientes, su sobrino lo siguió, pero los sujetos al ver que los afrontaba le efectuaron dos disparos hiriéndolo de muerte.
Fuentes confiables relataron que la policía quiere dejar el caso como un posible ajuste de cuenteas.
El Radar, estuvo en el lugar y hablo en forma exclusiva con el sobrino, la hermana y con otros paisanos de la víctima.
Alberto relató Sentimos ruidos, mi tío intento cargar la escopeta, pero los nervios le jugaron una mala pasada, no podía poner el cartucho, entonces salió con el arma descargada para correrlos, lo seguí, pero los tipos, que emprendían la retirada se dieron vuelta y dispararon, y mi tío cayo ahí, en la tierra
La hermana de Irineo, quebrada de dolor dice lo quise llevar al hospital, teníamos la camioneta cargada, mande a buscar otra, llego la policía y me dijeron que estaba muerto¦ no pude llevarlo
Los habitantes del lugar relataron que cerca de allí, se creó un asentamiento y la zona se volvió muy peligrosa.
 Aparecen por los campos, se meten a robar, sacan la que pueden, se roban lo que queda a mano¦ contaban consternados y envueltos en un inmenso dolor¦. A mi tío lo mataron por nada, queremos que esto se investigue,  él no tenía enemigos, se la pasaba trabajando como hacemos todos nosotros
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