Elradardelsur.ar – 22/09/2022
La causa que investiga al centro de rehabilitación “La razón de vivir” que habría estado torturando y esclavizando a las personas que allí se encontraban y por la que fue detenido hoy el periodista “Teto” Medina, tendría varias cantidades de pruebas, varios internos declararon ante el fiscal Daniel Ichazo.
El día de hoy la Policía Federal Argentina, detuvo en el barrio de Palermo al periodista “Teto Medina” por reducción a la servidumbre en su comunidad terapéutica. Entre las pruebas que posee la justicia, habría testimonios de las víctimas y mensajes de whatsapp, gracias a ello quedaron detenidas más de veinte personas.
Hubo víctimas que en las últimas horas hablaron ante la Justicia, donde contaron sobre las torturas, el acoso psicológico y el encierro que vivieron, a su vez narraron que eran obligados a dormir en el piso y que tenían prohibido comer.
Entre los testimonios, hubo un hombre que contó que le retiraron los medicamentos que tomaba por su condición de enfermo de HIV.
El expediente fue iniciado debido a una denuncia de un párroco, quien mencionó que al acercarse a las víctimas, tomó conocimiento de las situaciones en las que vivían, “A medida que me fui acercando noté cuestiones referidas a la explotación servil y laboral en la que estaban sumergidas las víctimas”. Asimismo, según su relato expresó que Néstor Zelaya, alias San Pipi, era el “líder” de la organización
“Lo conozco hace muchos años‚ pero me acerqué por un problema con una persona conocida. Esta persona conocida mía tuvo que pagar 30 mil pesos por mes. Zelaya en todo momento mencionaba que él los ‘salvó’ a los chicos. También que no le deben nada a Dios, despreciando toda creencia distinta de las víctimas. Además, decía que él va a ser siempre su director dentro de la quinta y también una vez que ya no estén en ella, como medio para continuar su influencia luego de externados”.
“Néstor mencionaba en ocasiones frases de tinte religioso como ´Muchos son los elegidos y pocos los que se salvan´, como haciendo alusión a la biblia. Refería también que en la quinta no se trataba de ser inteligente, sino obediente. La indicación a los adictos era que las mujeres los iban a hacer recaer en las adicciones y por eso Néstor le exigía a las chicas que iban de visita que no lleven ropa ́provocativa”, finalizó.
Por otro lado, una de las primeras en declarar ante la justicia fue un hombre, que dijo haber llegado a “La razón de vivir” a través de Facebook y que la cuota era de $30.000 por mes. “Cuando entré y se enteraron de que tenía el oficio de albañil me pusieron a trabajar. Comencé por terminar cuatro habitaciones, con revoque, contrapiso, carpeta y aberturas, con la ayuda de algunos internos y desde horas de la mañana hasta las siete de la tarde. Luego construí una oficina completa. Nunca recibí un pago a cambio de ello, ya que me decían que todo era ´parte del tratamiento´”. y continuó “durante este período tenía prohibido comunicarme con mi familia, aunque Zelaya designó a una persona de nombre ´Nico´ para que sacara fotos y las subiera a un grupo de WhatsApp donde estaban nuestros familiares. Eso era para simular que estábamos bien y no siendo explotados como realmente sucedía”.
Para finalizar explicó cómo funcionaba el “sistema de castigos” que usaban dentro del lugar “Si intentábamos dejar la clínica, ya que esto estaba prohibido, había castigos. En ocasiones nos insultaban o nos obligaban a hacer guardia toda la noche sin dormir para prevenir que otros internos se escapen. Todas las tareas diarias debían realizarlas los mismos internos. No hacíamos ningún tipo de tratamiento contra las adicciones con psicólogos o terapeutas, sino que solo trabajábamos o servíamos a los directores o coordinadores. También mendigábamos dinero en las iglesias”.
Otra de las víctimas relató que había ingresado en la clínica en 2020, momento en el cúal ya era portador del virus del H.I.V “Néstor Zelaya me dijo que estaba ´negativizado´ y que hiciese ´fuerza´ para curarme. Me negó la atención médica que necesitaba. Tampoco me brindaron ningún tratamiento contra adicciones ni atención médica por una lesión que tenía en mi pie. Los integrantes de la asociación comenzaron a decirme que el ´tratamiento´ del lugar consistía en hacerme pasar necesidades físicas y psíquicas para que ‘valorara’ más las cosas”, “Nos privaban de diferentes cosas como alimentos, bebidas, descanso y comunicación con la familia. Los coordinadores nos decían que el tratamiento consistía en el dolor. Nos repetían que el tratamiento sólo servía si nosotros servíamos al resto. Lo que siempre escuchábamos era que nosotros no éramos personas sino enfermedades y nada más y por eso debíamos quedarnos en las quintas”.
El peor de los relatos, fue el de un hombre que mientras se encontraba en “rehabilitación” sufrió la amputación de una pierna a causa de la diabetes “Luego de eso no recibí los cuidados médicos necesarios. Los miembros de La razón de vivir obligaron a otros de los adictos a que me realizaran las curaciones correspondientes”, mencionó.
Varios testigos ratificaron ante el fiscal Daniel Ichazo la situación del hombre amputado.
En relación a la participación de Marcelo “Teto” Medina, el fiscal Ichazo realizó una descripción de sus actividades dentro de la clínica de rehabilitación: “Era la cara visible y pública junto a Zelaya para simular que la misma tenía una actividad lícita. De esta manera captaban más víctimas. Además, mantenía un contacto semanas con los internos para fortalecer su sometimiento y reducción a la servidumbre. En ocasiones, ejercía el rol de operador-coordinador”.