Elradardelsur.tv-12/06/2020
En plena pandemia de coronavirus y con la articulación entre centros asistenciales de la provincia de Buenos Aires y de la Nación, en el hospital “El Cruce-Néstor Kirchner” le reimplantaron la mano a un niño de 11 años, luego de que un golpe de hacha se la seccionara por completo.
En una compleja intervención de la que participó un equipo compuesto por 18 personas, demandó nueve horas de labor y de la que evoluciona satisfactoriamente en la unidad de terapia intensiva pediátrica del centro asistencial de Florencio Varela.
“Se trató de una intervención de alta complejidad que requirió la coordinación tanto del Hospital de Las Flores, que recibió al paciente y solicitó la derivación; del sistema de Salud provincial que además coordinó el traslado en un vuelo sanitario y finalmente de la Alta Complejidad aportada por la Nación desde el Hospital El Cruce.
Todo se dio como está previsto en estos casos y respetando firmemente los protocolos por COVID-19. Estamos atentos a la evolución del paciente, pero ya lleva más de una semana de recuperación y evoluciona muy bien, según los profesionales que lo atienden en El Cruce, sostuvo el secretario de Calidad en salud de la Nación, Arnaldo Medina, quien fue el fundador y primer director de ese centro asistencial .
El accidente se produjo en la ciudad de Las Flores, a 200 kilómetros de la Capital Federal, en la fría mañana del miércoles 3 junio cuando Thiago y su hermano Tobías –de 16 años– se encontraban en los fondos de la vivienda que habitan cortando leña para alimentar la salamandra con que la calefaccionan, trabajo que los hermanos realizan habitualmente.
Alrededor de las 11, la madre de ambos escuchó gritos, salió al patio y encontró a Thiago con la mano derecha ensangrentada, mientras Tobías gritaba “le corté la mano, es un sueño mamá, no puede ser”, relató Laura, quien de inmediato tomó una toalla para envolverle la mano, alzó a su hijo en brazos, lo subió a su auto y partió raudamente hacia el Hospital Zonal General de Las Flores.
En la guardia pediátrica del establecimiento las primeras curaciones las efectuó la médica María Rocco, quien explicó que "el paciente llegó consciente, con una amputación completa a nivel metacarpiano de la mano derecha. Estaba hemodinámicamente compensado, le realizamos compresiones para evitar más sangrado y le suministramos analgesia".
La profesional evaluó entonces la necesidad de concretar su traslado a un centro de mayor complejidad, y así tomó contacto con el doctor Sebastián Valbuena, del Hospital “El Cruce-Néstor Kirchner". “Me dijo que no tenía inconvenientes en operarlo pero que había que solicitar la derivación al hospital. Sin perder tiempo, porque en estos casos es fundamental la rapidez, gestionamos la derivación en el sistema sanitario de la provincia de Buenos Aires, que inmediatamente puso en marcha el vuelo sanitario", explicó Rocco.
El helicóptero levantó vuelo en Las Flores a las 13.30 y a las 15 el paciente ingresaba al quirófano del hospital situado en el sur del conurbano bonaerense, donde era aguardado por un equipo de profesionales y técnicos altamente calificado de las áreas de Admisión del Paciente Crítico; Gestión de Pacientes; Laboratorio; Diagnóstico por Imágenes; Farmacia; Esterilización; Medicina Transfusional; Enfermería y Quirófano.
Frente a la emergencia, durante todo el operativo sanitario y quirúrgico se resguardó el cumplimiento de los protocolos de prevención que impone la pandemia de COVID-19.
"El tiempo límite para hacer un reimplante de este tipo es de entre seis y doce horas de ocurrida la amputación. En este caso el paciente se accidentó a las 10,30 de la mañana y cinco horas después ya estábamos en el quirófano.
La cirugía salió bien, duró nueve horas y se tardó mucho porque era un caso muy complejo. También se demoró porque fue considerado como sospechoso de COVID-19 y se debieron implementar todos los protocolos, lo cual hizo más lento los procedimientos médicos", explicó Valbuena, quien integra la Unidad Miembro Superior y Microcirugía del Servicio de Traumatologí¬a y Ortopedia.
El profesional relató que "el paciente sufrió un traumatismo con un hacha, y se trata de un corte neto, pero se produce también un traumatismo como un martillazo que provoca roturas de tejidos. Por eso, lo primero que se hizo fue una gran limpieza de la lesión porque aún quedaban en la herida pedacitos de madera”.
“Mientras los anestesiólogos se encargaban de estabilizar al paciente, un grupo de cirujanos trabajamos sobre la pieza, es decir, en la mano para preparar los vasos, los nervios y ver el estado en general. Una vez que se realizó eso fuimos al paciente y preparamos en el miembro los vasos, arterias, venas, nervios y el hueso pare recibir a la mano”, relató el especialista.
Valbuena prosiguió así su explicación: “primero unimos los 4 metacarpianos con unas clavijas de acero. Luego como no podíamos hacer uniones vasculares directas, porque el golpe traumatizó lo vasos y venas, y para no acortar el esqueleto, sacamos venas del dorso del pie, que son muy parecidas a la de la mano y las usamos como injerto. Y así se rearmó el sistema arterial, con un bypass desde la arteria cubital al arco palmar superficial y el sistema venoso dorsal con dos injertos de vena”.
“Luego se realizamos la reconstrucción de los tendones, flexores y extensores, y finalizamos reparando los nervios. Los que son posibles de reparar directamente se los repara, y si no es posible se coloca injerto de nervio, en este caso hicimos una reconstrucción directa y con injerto. Luego cerramos la piel y colocamos un drenaje. La cirugía fue un éxito. El paciente actualmente está internado en observación con antibióticos porque el riesgo de infección aún es muy alto", concluyó Valbuena.
Thiago a los tres días de la cirugía debió ser operado nuevamente "porque se le hizo un hematoma en un dedo" dijo la madre quién agregó que el problema ya está resuelto.
Durante el post operatorio, el paciente permanecerá varias semanas con la mano inmóvil, y tras ello vendrá una ardua rehabilitación por tratarse de una mano reimplantada. “No es exactamente igual a la mano que tenía antes, es una nueva mano que tendrá que reacondicionar, readaptar y organizar en su estructura mental la movilidad de los dedos”, describió Valbuena, quien añadió que “también es muy probable que se necesiten otros tipos de cirugías, porquelo que realizamos fue un primer paso de urgencia y luego continúa un andamiaje de procedimientos".
El equipo quirúrgico que participó de la compleja intervención estuvo formado por los médicos Sebastián Valbuena, Emanuel Pereira, Luis Coccozella y Eduardo Garbino; las anestesiólogas Graciela Vázquez, Mónica Molinari y Eugenia Fernández; los técnicos en anestesia Johana Gaitán, Paula Zitterkof, Marina Nicotera, Romina Bermúdez, Nahir Bravo y Verónica Servin; el equipo de instrumentadores compuesto por Yanina Del Pizzo, René Quiróz, Silvana Curbelo y Anabella Castrellón, y Claudia Espandrio, enfermera servicio de Admisión del Paciente Crítico, a la que se sumó todo el servicio de enfermería que estuvo a disposición ante la emergencia.