Elradardelsur.tv-29/04/2020
Frente a la pandemia del coronavirus se planteó la liberación de presos con la excusa de “un bien sanitario”.
Hace pocos días se dieron a conocer diferentes motines e incidentes en distintos penales del país. Observamos a cientos de detenidos en los techos de la Unidad Carcelaria de Devoto pidiendo por su derecho a la salud y a la vida.
¿Qué ironía no? reclaman lo que arrebataron. No dudaron en matar por un celular, por una moto, por plata, porque sí. Ellos ejecutaban el derecho de decidir por el futuro de los demás.
Pretenden que la sociedad olvide los nombres de los ciudadanos que fueron asesinados. Ellos desmembraron familias las cuales al perder a un ser amado nunca volvieron a ser lo que eran.
También tenemos que pensar en las víctimas de robo, golpes, amenazas, secuestros, violaciones, de mil delitos más y de vidas que estos malvivientes no dudaron en arruinar.
Esta situación produce un profundo repudio y asco en los que integramos una sociedad justa, derecha, de respeto y amor al otro.
Un montón de garantistas se unen al reclamo de los delincuentes resaltando que las cárceles son un lugar peligroso dentro de la pandemia.
Tenemos el ejemplo del juez de Casación Víctor Violini quien declaró que “hay decisiones que no son gratas, pero nosotros, como jueces, tenemos la responsabilidad y obligación de salvar vidas”.
Resaltamos la frase del Juez Violini “la obligación de salvar vidas”, nos queda el sabor amargo de comprender que le interesa más proteger a los delincuentes y no a los ciudadanos comunes que no solo nos tendremos que cuidar del coronavirus sino también de todos los reclusos que recuperarán su libertad y volverán a delinquir.
La liberación de presos por “un bien sanitario” no es más que una falacia, una burla para aquellos que trabajamos, pagamos impuestos y respetamos las leyes.
Promueve la impunidad y la existencia de nuevas víctimas.
Dejemos la hipocresía de lado, la mayoría del pueblo argentino no quiere delincuentes favorecidos por la pandemia. Si están donde están es porque delinquieron, ellos no tuvieron piedad. Que paguen por lo que hicieron, que cumplan su condena.
No se debe ceder ante organismos de Derechos Humanos ni ante quienes pretenden tergiversar los conceptos de víctima y victimario.
Ellos son delincuentes, están donde deben estar. Nosotros, los honestos, bastante hacemos para mantener al país de pie.