Elradardelsur.tv – 07/03/2018
A continuación, trascribimos un comunicado del Comité Radical de Distrito de Florencio Varela.
En esta ocasión es una declaración de cara al 8 de marzo, día internacional de la mujer.
Saludos cordiales, y agradecemos anticipadamente
Entiendo que esta afirmación puede ser llamativa para muchos, y en este momento debe generar cataratas de verborragias en contra; sin embargo, no es gratuita ni casual, y creo que amerita una comprensión en cierta línea.
Soy mujer por autodeterminación, soy radical por convicción y feminista en formación. Tengo la suerte de haber nacido en una casa en la que muchos rasgos de machismo se han superado y puesto en debate sobre la mesa (muchos, no todos). Hay casas en las que están más atrás o mucho más atrás, y otras que nos superan. Pero dudo que exista aquella en que esté erradicado completamente. Lo mismo ocurre con los partidos políticos.
Planteamos la equidad de la mujer, la necesidad de una sociedad que nos reconozca con derechos que promuevan una vida digna, y cada vez que hablamos de esto somos locas/os o fundamentalistas. ¡Nuestros reclamos son tan básicos si los pensamos con perspectiva general!
Debemos desnaturalizar que las tareas de la casa son trabajos femeninos, dejar de agradecer al hombre por ayudar y de entender el trabajo doméstico como un acto de amor. El trabajo no remunerado es trabajo, y en muchísimas casas acaba por ser doble el esfuerzo, trabajando dentro y fuera sin una división justa de las tareas. Para la paridad en la familia y el mundo laboral se exige igualdad en esta división de obligaciones, acceso a trabajos de calidad con igual remuneración y licencia por paternidad.
Se debe entender que los femicidios existen como categoría legal en consecuencia de que cada 30 horas una mujer es asesinada por el hecho de ser mujer, por el criterio machista de poder ejercer la voluntad sobre el cuerpo y la vida del otro. Hay que entender, aunque parezca un absurdo aclararlo, que NADIE más que nosotras tenemos derecho a decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos.
Y en esta última línea es que se encuentra abierto hoy el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo, cuestión en la cual, por responsabilidad política, hay que comenzar con el punto base: es una deuda de la democracia y una cuestión de salud pública. El radicalismo de la mano de una lucha de años es parte de una de las 4 cabezas de la iniciativa, de la mano de la Diputada Brenda Austin, y suma muchísimos legisladores que entienden la importancia y la dimensión de este avance necesario.
La consigna promueve ante todo un plan de salud sexual integral que apele a garantizar la educación sexual, el conocimiento y la gratuidad de los métodos anticonceptivos y la promoción de la planificación familiar. La prevención es la base de cualquier solución. El debate no está en si se quiere que se aborte o no, como muchos mal entienden. El aborto existe y existió desde el principio de los tiempos, legislarlo lo saca de la clandestinidad, lo saca del negocio ilegal, genera la contención necesaria y evita que este sea un motivo de muerte para cantidad de mujeres desamparadas. No hacerlo visible y dejarlo en la clandestinidad no evita que pase, sólo nos convierte en una sociedad hipócrita.
Por estas cosas paramos, marchamos, hablamos de un 8 de marzo. En lo personal no puedo aceptar que todos estos reclamos se piensen como "cosa de mujeres", cuando a esta altura debería ser un reclamo de la sociedad toda.
Retomando aquel título, el radicalismo, y con esto lamentablemente no me refiero en pleno a la dirigencia radical, es un partido político que carga en su ADN histórico con banderas concretas que procuran la igualdad, la lucha por las libertades, y la justicia social. Este enorme y maravilloso peso ideológico y la larga vida en este país, no ha dejado exenta a la UCR de los movimientos sociales de nuestro país.
La mujer radical ha procurado abrir camino desde Elvira Rawson (segunda médica en recibirse en el país) hasta el presente en nuestra historia, marca evidente en los cargos ejecutivos conquistados por muchas de nosotras en la institución, sea el caso de la Presidente de la Juventud Radical Nacional, la Presidente de la FUA, o desde nuestro distrito el caso de mi antecesora Liliana Romero o quien les escribe en la actualidad. Sin embargo, más allá de la paridad legal es necesario el cambio efectivo en la conciencia militante. Un lucha que continúa.
En defensa de nosotras como parte fundamental de una sociedad y no como una minoría, en defensa de la libertad y la equidad, ser radical (palabra también sin género), ser consecuente e ideológicamente radical, es ser feminista.
“Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.
#NosotrasParamos
#DiaInternacionalDeLaMujer
#NiUnaMenos
Carina Velo
Presidente del Comité de la UCR de Florencio Varela